La sombra de la elegancia se proyecta sobre la calle dibujada con la cabeza cubierta… por eso yo te dije que con este sombrero recorrería el mundo… 
Hace años Sabina me dijo, a mi y a unas 3,000 personas más, que lo bueno de llevar sombrero es que uno se lo puede quitar si la ocasión lo amerita; y desde entonces vivo profundamente convencida que no hay nada como buscar la ocasión perfecta para quitarme el sombrero pese a aparecer despeinada o para aparecer elegantemente despeinada. Porque no es lo mismo despeinarte que te despeine la vida, la vida o el sombrero…
No soy la musa de nadie, ni pretendo serlo, pero en mis viajes por el mundo siempre arranco una foto, quizá no de mí, pero sí de mis sombreros… será porque se me asigna un rol, o la estampa nostálgica del pasado o tal vez, porque no, una muestra de elegancia, porque no olvidemos que usar sombrero requiere de una gran seguridad y confianza en sí mismo…
Hay quién piensa que el sombrero solo es algo que te pones en la cabeza para protegerte del sol… seguramente son los mismos que creen que los zapatos solo te relegan de la posibilidad de caminar descalzo.
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